Historia

Historia

La fúndación de esta villa, así como su nombre parecen proceder de la civilización romana. Después de la batalla de Munda que Julio Cesar libró contra Pompeyo y sus hU os, en el año 45 a.c., el emperador romano decidió castigar a las ciudades rebeldes, como Urso (Osuna). Se cree que cruzó el río "Sergelio" (Genil) a su paso por el "Vadus Latus" (Vado Ancho), es decir por el lugar donde se encuentra el pueblo, esa parece que fue durante esta época la denominación del poblado "Vadus Latus".
Vestigios de la época romana, son los innumerables objetos, monedas, etc. encontrados en el pueblo y sus alrededores a lo largo de la historia. Destacamos el lugar llamado "El Toril" en este sitio se pueden ver resto de edificaciones de la época romana, por su forma y los restos hallados, se cree, que file una especie de fábrica, para cubrir las necesidades de asentamientos más importantes como "Ventipo" no muy lejos del pueblo y "Ostipo" la actual Estepa.


En Corcoya, se puede ver también, un cementerio romano, lo que hace suponer que hubo otro asentamiento romano.
Un dato curioso es que en el sur de Italia se halla un pueblo que se llama "Vadolato", Un nombre similar a la antigua denominación de nuestro "Vadus Latus".

De otro lado y mucho más cerca en la historia, parece ser que la actual denominación de BADOLATOSA, podría proceder de la voz aljamiada "BADELA TONSA" (Espaldar Mojado), de la época de la dominación árabe en la península.


Según datos encontramos en la Mezquita de Córdoba, en esta época el pueblo file una huerta, cuyos productos se usaban, para el mantenimiento de las poblaciones más cercanas.
Según datos de 1.549 la actual localización del pueblo era la misma, llamáhdose BALDELATOSA y contando con una población de 11 vecinos y 6 más en Corcoya.
Hacia finales de 1.500 se puede pensar que el núcleo del pueblo como tal, comenzó a desarrollarse alrededor de la Iglesia actual y lo que se conoce como "Castillo de los muertos", barrio bajo en el cual se encontraba en un primer momento el cementerio.


Más tarde el núcleo iría creciendo, hacia arriba, formando lo que conocemos como "Alto de las eras" y hacia abajo formando la calle ancha, así sucesivamente hasta su actual formación.
Como dato curioso, se puede reseñar una nota, encontrada en los archivos de la Iglesia, hecha por el Cura Párroco de aquel tiempo. Según esta nota, el día 31 de diciembre de 1.783, el río creció a su paso por el pueblo, llegando el agua hasta la Molina y causando grandes daños a las casas de aquel lugar.
Alrededor de la primera mitad del siglo XIX el pueblo contaba con una población de 2.107 habitantes que moraban en un total de 375 casas además de unas 60 en la Aldea de Corcoya, estas casas se encontraban en las márgenes del río, siendo casas por lo general de dos pisos, destinando el superior a graneros.
Las calles en este tiempo son empedradas, excepto una que sólo lo estaba en los costados, siendo el centro terrizo y plantado de álamos, esta calle llamada "Ancha", es casi recta teniendo en diversos puntos sobre 100 varas de ancho.


El pueblo carece de escuelas y casas consistoriales y para cárcel hay destinado un local no muy seguro.
La Iglesia Parroquial dedicada a Nuestra Señora del Socorro, está situada en la parte alta del pueblo. En Corcoya se encuentra otra Iglesia dedicada a San Isidro, así como una ermita en honor de la Virgen de la Fuensanta.


Las dos iglesias están servidas por sus respectivos párrocos, nombrados por el Marqués de Estepa. como patrono, quien les contribuía con su asignación y costo del culto, como preceptor que era de los diezmos.
Comprende todo el término, 3.067 fanegas de tierra.


El río Genil, se dirige de este a oeste, es de curso perenne, de regular caudal y cauce bastante profundo.
Sus aguas levantadas con norias, se utilizaban para el riego de las huertas y dan impulso a dos molinos harineros, a unos 700 metros del pueblo hay sobre el río una barca llamada "Jauja", que dirige a la provincia de Córdoba, en la que se exige a las personas de este pueblo, por facilitarle el paso cuatro maravedíes y ocho a los forasteros e igual retribución a las caballerías, estos derechos pertenecían al Duque de Medinaceli.
La labores se hacen con 12 juntas de ganado vacuno, 17 de mulos y 4 deyeguas.


La correspondencia se recibía de la estafeta de Lucena, los domingos, martes y viernes por la mañana, y sale en la noche de los mismos días.
Hay tres minas de hierro, cobre y plomo, la de hierro situada en la sierra de "La Cabrera" y las otras dos se hallan en el paraje denominado "El Patuo".
Además de los dos molinos harineros, antes citado, existen dentro de la población tres de aceite, cuatro prensas y dos molinos más en las afueras.
El presupuesto municipal se cubre por reparto entre los vecinos.


Según datos del archivo municipal, en 1.885 se proyectó y comenzó a construirse el Ayuntamiento y la plaza de abastos, siguiendo estos edificios en la actualidad en la misma ubicación. En los primeros años del siglo XVIII se dio en nuestro pueblo al igual que en gran parte de Andalucía un fenómeno bastante común en aquellas fechas, el bandolerismo.
Vecino de la localidad era uno de los bandoleros más famosos de aquel tiempo, se llamaba José Ruiz Permana, apodado "Germán". (Aún en nuestros días se encuentran en nuestra localidad descendientes directos de él). Fue jefe de su propia partida de bandoleros y a veces actuaba como verederos de otras partidas, gracias a su conocimiento del terreno.
Junto José María Hinojosa "El Tempranillo", Juan Caballero y el mismo, fueron los bandoleros más conocidos y destacados de la época.


Es de destacar que en el día 23 de julio de 1832, y por mediación antes su majestad Fernando VII del Brigadier de Artillería don José Reina, el General don José Manso y Sola y don Antonio Maun Coronel Jefe del Regimiento provincial de Écija, les file concedido un real indulto, a los tres jefes antes citados y a sus partidas.


Acto éste, que tuvo lugar según todos los historiadores conocedores de este tema en la Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta de nuestra localidad.
De esta época data también el actual escudo de nuestro pueblo que esta representado por un sol con grandes rayos sobre fondo azul y que simboliza el anhelo que sentían en aquel tiempo los vecinos por que el pueblo dejase de ser propiedad de los marqueses de Estepa, y ser independientes.


El pueblo perteneció al estado de Estepa desde 1.516 en que file otorgado por una importante cantidadjunto con el titulo de Marqués de Estepa, hasta los primeros años de 1.800.
JOSÉ RUIZ PERMANA (GERMÁN).- Famoso bandolero natural de la villa de Badolatosa, nacido el día 9 de abril de 1.792, hijo de Antonio Ruiz y Catalina Permana Corredera. Fue compañero de partida de José María "El Tempranillo", Juan Caballero y Francisco de la Torre.


El tipo de bandolerismo que ejercita no era como el de José María, que era denominado (Caballista de Serranía), o Juan Caballero (Caballista de Campiña). José Ruiz era (Veredero), ya que era un gran conocedor de las veredas y senderos. Realizaba generalmente robos de menor importancia a los viajeros, contrastando con los otros jefes que preferían robar caravanas, cargamento de mercancías, etc. Además de los asaltos antes citados, las partidas se unían a veces para acometer grandes asaltos.


Así hay constancia en el archivo municipal de Fernán-Núñez, de un oficio, remitido por el Gobernador Civil de Córdoba que dice:
“”“Ayer tarde se presentaron en los Cortijos de Alcaparro y Duerna, propiedad del Duque de Medinaceli, la gavilla de los facinerosos Germán y Caballero, reunidos en número de 22 hombres a caballo y después de haber estado descansando hasta el anochecer, salieron en dos direcciones, como hacia la campiña, es de creer que permanezcan en las imnediaciones de esa población. Lo que le comunico para que organice su persecución.- Córdoba dos de julio de 1.832."""


José Ruiz fue indultado al igual que los otros bandoleros el día 23 de julio de 1.832, en la ermita de la Fuensanta de la Aldea de Corcoya en Badolatosa.

De los restos encontrados, ánforas, columnas, piedras labradas..., se puede deducir que ya en épocas romanas, varias haciendas explotaban este término. Incluso un cementerio ha aparecido hace pocos años en la zona denominada 'Las Lagunillas'.

La historia de Corcoya como pueblo se puede decir que está íntimamente unida a la historia del culto a la Virgen de la Fuensanta, cuyo comienzo está datado en la Edad Media, hacia el año 1384 cuando se produce el hallazgo de la imagen de la Virgen.

En un principio se levantó una pequeña capilla, pero la ermita que hoy conocemos fue construida sobre 1660, a unos cincuenta metros de la antigua. Los gastos de esta obra fueron sufragados por las limosnas de los fieles y sobre todo por el Marqués de Estepa: Adán Centurión Fernández de Córdoba. Sin embargo, en esta época, los corcoyanos aún no tenían iglesia parroquial propia y tenían que recurrir a la de Badolatosa.

Otro hecho importante que imprimiría su sello en la historia del pueblo sería las minas de hierro en la Sierra de la Cabrera, considerado el punto geodésico más elevado de la comarca. Esta mina funcionó a plena producción hasta los años 20, hasta el momento en que se hundió acabando con la vida de unas 300 personas. Después de esto la mina no volvió a reabrirse. Entre 1.890-1.920 Corcoya llegó a contar con una población de unos 2.000 habitantes.

 

Badolatosa está conectado al Tempranillo por el rio Genil, ya que según algunos de los historiadores del bandolerismo hay que destacar la importancia del río Genil como elemento estratégico de la zona de actuación de los bandoleros. Es lo que se conoce como la zona singiliense (por el nombre romano del río Genil, Singilis). Badolatosa por su ubicación era un punto estratégico para disponer los bandoleros sus actuaciones, no sólo porque estuviera rodeado por sierras y fuera dificil su acceso, sino porque el río Genil pasaba por su casco urbano siendo éste la frontera natural entre las provincias de Córdoba y Sevilla. Eso ha llevado a que ciertas fuentes (históricas y populares) situaran a Badolatosa como el cuartel general del Tempranillo y su cuadrilla.

Como a un kilómetro escaso de Corcoya, en las estribaciones de la sierra de la Cabrera se encuentra la ermita de la Fuensanta, rodeada de un paraje de una gran belleza. En este lugar existía en tiempos del bandolero un santero que cuidaba de la ermita y de sus devotos, al que José Mª El Tempranillo visitaba con cierta asiduidad, debido al profundo y marcado carácter religioso, que según la tradición popular, definía su personalidad. Se conservan hoy las cuevas que el Tempranillo utilizaba para esconderse los días que venía a visitar a la Virgen de la Fuensanta y al santero. Estas cuevas están situadas junto a la casa del santero, no muy profundas, pero acogedoras y situadas en un lugar inhóspito como este del entorno de la Ermita de la Fuensanta, dentro del Paraje Natural de Malpasillo. Era un lugar ideal para refugiarse en los momentos en los que acechaba el peligro. Fue en 1832 cuando el rey Fernando VII le dio el indulto a José Mª el Tempranillo, el cual tuvo lugar en la ermita de la Fuensanta.